La meta del 3% de inflación del BCRP es arbitraria
Los monetaristas creen que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario, y para lograr la estabilidad de precios es necesario controlar la cantidad de dinero en circulación y por ello la política monetaria es el instrumento natural para controlar la inflación. Por tanto, los bancos centrales serían las instituciones encargadas de lograr ese objetivo de estabilidad de precios.
En cambio, otros investigadores como John Cochrane (2023) de la Universidad de Stanford, autor del libro “Teoría fiscal del nivel de precios”, sostienen que la inflación no está causada simplemente por un aumento de la oferta monetaria, como dicen los monetaristas, en su opinión, el dinero no es más que otra forma de deuda pública. Los bancos centrales por sí solos no pueden detener la inflación. Las tasas de interés elevadas no solo son incapaces de detener la inflación, sino que empeoran el problema. Esta conclusión contradice abiertamente la sabiduría convencional que viene desde los años de Milton Friedman.
El mundo cambia, las economías evolucionan, nada permanece igual, las teorías y los modelos económicos también cambian.
Cada periodo de inflacion es diferente. La inflación de la década de 2020 está siendo diferente de aquella de los años 70 y 80. Diferentes crisis de inflación requieren diferentes soluciones o respuestas. Elevar tasas 775 puntos básicos (7.75%) en 12 meses como lo hizo el BCRP, es un enfoque contundente y dañino. El banco puede y debe desarrollar herramientas que sean más quirúrgicas y menos destructivas.
El objetivo de inflación actual de 3% del BCRP está vigente más de dos décadas. El problema: es un número inventado sin sentido y sin evidencia empírica que lo respalde. Como dijo Roger Ferguson (junio, 2023), exvicepresidente de la FED, al referirse a la tasa meta de los EE.UU. (2%) se trata de un número aleatorio. Recomienda a los bancos centrales elevar los objetivos de inflación al 4% y tendría poco costo para los países y evitaría futuras recesiones.
Por otro lado, sostiene que las encuestas de expectativas de inflación direccionadas son inútiles. El mundo es más complejo, aleatorio y global que nunca. La multiplicación de incógnitas ha hecho que la previsión económica sea aún más difícil. Pero para predicciones hilarantemente erróneos, nada mejor que encuestar a personas al azar sobre donde creen que estará la inflación en 12 meses o 2 años.
Preguntas necesarias
Por lo dicho antes, una evaluación exhaustiva del “punto óptimo” requeriría al menos responder a las siguientes preguntas. Una sería: ¿Qué tan precisas son las medidas de inflación del INEI? Hay quienes creen que las tasas de inflación públicamente disponibles no se ajustan a la realidad, tienen errores de recopilación de datos y, con frecuencia, conducen a conclusiones erróneas. En segundo lugar, debemos preguntarnos ¿Existe una tasa de inflación óptima? de ser afirmativa la respuesta ¿Cuál es, esa tasa: 3% o quizás 4%? .
Una tercera pregunta sería: ¿es preferible una tasa de inflación estable a una que varíe significativamente, al menos dentro de un rango razonable? Si es así, debemos preguntarnos si el BCRP puede, de manera realista, mantener relativamente estable una tasa de inflación por encima del 3%. Dado que el Banco Central se ha irrogado el derecho de contralar la inflación, mi pregunta es: ¿Qué hace el gobierno y dónde queda su política fiscal?. Por último ¿salvamos la economía o salvamos la inflación?.
Referencias:
El autor es profesor principal de Economía Financiera en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y director del Instituto Internacional de Economía y Empresa.
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