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Alejandro Narvaez / 4 Tips para finanzas personales en tiempos de crisis (3 de 3)


3. Lo que debes hacer con tus inversiones


Algunas familias tienen ahorros y eso está muy bien. Se han sacrificado consumiendo menos en el pasado para invertir en ciertos activos o productos financieros, como: depósitos a plazo fijo, fondos mutuos, acciones, bonos, criptomonedas (Bitcoin), etc. y también han aportado a las AFPs (voluntaria u obligatoriamente) que a su vez están invertidos en algunos de estos productos financieros. Sin embargo, en un cerrar y abrir de ojos, el valor de esas inversiones cayó como consecuencia del desplome de las bolsas del mundo. ¿Qué hacer en este momento? Antes de mover fichas, permítanme compartir algunas reflexiones.


Mientras no vendas tus inversiones no se materializa la pérdida, así que, si pasado un tiempo se recupera tu inversión y recuperas el dinero invertido, te sentirás aliviado. En cambio, si decides vender y colocas ese dinero a otro tipo de inversión que te haga recuperar tu capital inicial, la sensación que te queda es agridulce, ya que, por un lado, has ganado, pero, por otro, no se te olvida que antes habías perdido al venderla.


Los seres humanos somos optimistas por naturaleza. Ser optimista significa creer que la teoría de la probabilidad nunca va a jugar en nuestra contra y, sí, siempre a favor. Pero cuando se trata de dinero hay que tener claro que, un exceso de optimismo puede generarnos problemas por el hecho de alimentar expectativas irreales o de llevarnos a ignorar los riesgos de pérdida. Es esto, precisamente, lo que nos empuja a no dedicar tiempo suficiente a analizar las opciones de inversión en la que podemos colocar nuestros sacrificados ahorros, ya que confiamos en nuestra intuición a la hora de decidir, independientemente de lo que opinen los expertos en la materia.


Teniendo en cuenta que la inversión es una carrera de fondo, no debes perder la paciencia. Analizar serenamente lo que mejor te conviene: mantener tu portafolio (o cartera actual) o mover fichas. Si decides cambiar tu portafolio, las entidades financieras te ofrecen una enorme gama de productos financieros alternativos, como: los fondos mutuos, desde los muy conservadores hasta los más arriesgados o agresivos. En esta coyuntura, también tienes la opción de migrar de un fondo a otro más conservador, esto mismo puedes hacer con tus fondos que tienes en las AFPs.


No recomiendo tener ahorros en efectivo, salvo montos pequeños para imprevistos, ya que éstos no ganan intereses. En cambio, los depósitos a plazo fijo, recomendables para los más conservadores, ofrecen tasas atractivas dependiendo del monto, los plazos, la entidad financiera, el tipo de divisa y el medio mediante el cual haces la operación (banca virtual o agencias). Como todo, las tasas hay que negociarlas y compararlas con otras opciones que hay en el mercado. Por lo último, no soy partidario de “invertir” en dólares actualmente, porque nadie sabe cuál será el impacto en el precio del dólar en el futuro, de los 6 billones de dólares que acaba de inyectar el gobierno norteamericano a su economía.


4. Gasta menos de lo que ganas

Independientemente de cuál sea tu nivel de ingresos, siempre vas a formar parte de una de estas categorías: gente que gasta más de lo que gana y que tiene que acumular deudas, gente que gasta todo lo que gana y no puede ahorrar nada o del grupo de gente que ahorra un porcentaje de sus ingresos mensuales. Dígame sinceramente, ¿en qué categoría estas? Si formas parte del último grupo ¡enhorabuena! Ahorrar no es sólo guardar, sino también saber gastar, decía un sabio anónimo.


En periodos de bonanza o crisis, todos debemos acostumbrarnos a vivir de acuerdo a nuestras posibilidades, y eso requiere gastar menos de lo que ganamos e invertir nuestros ahorros de manera inteligente. Cepillarse los dientes, tener una dieta equilibrada, leer noticias, hacer deportes con regularidad, etc. son todos buenos hábitos de cuidado personal. Pues bien, gastar menos de lo que ganas y ahorrar lo suficiente para alcanzar tus objetivos de incrementar el patrimonio familiar, son equivalentes financieros de dichos hábitos. El ahorro es una especie de seguro económico para eventualidades y para acometer nuevas inversiones, como lo es, el seguro de salud o seguro de vida. “Cuida de los pequeños gastos, un pequeño agujero hunde un barco” (Benjamín Franklin).


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