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Foto del escritorAlejandro Narváez

Alejandro Narváez / Presupuesto de 2024 (1 de 2) 



Presupuesto de 2024:  sin respuestas a la recesión económica

 

La economía peruana cierra el 2023 en una profunda recesión, la cual amenaza con extenderse hasta el 2024. Para salir de un escenario como éste, se necesitan unas políticas presupuestarias expansivas orientadas a reactivar la economía y a reducir las alarmantes cifras de subempleo y desempleo. Sin embargo, como veremos luego, el presupuesto aprobado para el 2024 no es una respuesta a la crisis. Pareciera que dicho instrumento fue diseñado por aquellos burócratas a los que la crisis no les ha ido nada mal, pues no sólo no hay medidas para salir de la recesión, sino que además no tiene rumbo. Es una mera extrapolación de cifras de un año a otro. Veamos.

 

Pero, antes de seguir cabe advertir lo siguiente. El presupuesto público es el documento oficial más importante de un gobierno, en el cual se establecen prioridades, se marcan objetivos y se jerarquizan políticas, todo ello, claro está, con el factor definitivo de la asignación de recursos para la ejecución de las acciones previstas. El presupuesto en cualquier nivel de gobierno (nacional, regional o local), debe ser la expresión de las convicciones, de la ideología, de los horizontes y de las estrategias del gobierno en el poder, las cuales, a su vez, responden, al menos en teoría, a las expectativas que el partido o los partidos políticos han generado en sus votantes.

 

Descifrando las cifras del presupuesto

El techo de gasto del presupuesto aprobado para el 2024 asciende a 240,805 millones de soles, que viene a ser el 22% del PBI de 1,074 miles de millones de soles proyectado por el MEF en el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) (2024 -2027) (2023:21%). Dicho presupuesto tiene un aumento nominal de 12% respecto al periodo 2023. Sin embargo, si le restamos el 3% de inflación proyectado para el próximo año y 15% que se va con la corrupción, podríamos estar hablando de una “torta” considerablemente menor a repartir.

 

La distribución de la “torta” del presupuesto por sectores es como sigue: Educación recibe en el 2024 el 19.31% (2023: 19.58%), Salud 12.23% (2023:12.56%), Transportes, 9.13% (2023: 9.62%), Orden Público y Seguridad 6.73% (2023: 6.68%) y otros 52.6% (2023: 51.56%).  Estas cifras nos muestran que no hay diferencias entre el presupuesto en ejecución y el proyectado para el 2024. Un añadido: el presupuesto de educación representa el 4.3% del PBI (2023:4.2%). Muy lejos de ese 10% que pregonaban Castillo – Boluarte en su programa de gobierno.

 

Si analizamos el presupuesto por categoría de gastos, observamos, que el grueso de la “torta” (61.5%) se lo lleva los gastos corrientes (remuneraciones, principalmente) (2023: 61%), seguido de los gastos de capital (compra de activos fijos) 26.6% (2023: 27.8%) y el servicio de la deuda (amortización del principal más interés) 11.7% (2023:11.2%). Si comparamos este reparto con el presupuesto de 2023, tampoco vemos cambios destacables, excepto inversiones en activos que se reduce 1.2% y un aumento del 0.5% en sueldos de los burócratas ineptos y el pago de la deuda pública.

 

Respecto al reparto por niveles de la administración pública, el gobierno nacional recibe el 64% (2023: 65,7%), el gobierno regional (GR) 22% (2023:20.4%) y el gobierno local (GL) 14% (2023: 13.87%). En este caso hubo una movida de cifras en favor de los GR y los GL y ello se debe a favores políticos entre el MEF y los congresistas de provincias. Por ejemplo, las regiones de Ancash y Cuzco fueron muy favorecidas para inversiones en salud con montos de 852MM y 586MM, respectivamente.

 

Por último, la gran pregunta ¿Cómo se financiará el presupuesto? El 65% será con recursos ordinarios, principalmente, impuestos directos e indirectos (2023: 66%). El 12% con dinero ajeno, es decir, deudas (2023: 13.16%). Los recursos directamente recaudados tienen una mínima contribución de 3% (2023: 2.6%), y otros conceptos 20% (2023: 18%). Tampoco se notan aquí cambios llamativos, excepto, la mala noticia de una menor recaudación tributaria el año que viene.

 

Crecimiento inflado

El MEF en su MMM 2024 -2027 (septiembre 2023), proyecta una expansión económica de 3% para el 2024 (2023:1.1%). Por su parte el BCR en su reporte de inflación también de septiembre estima un PBI de 3 % (2023: 0.9%). Y, como se sabe, los supuestos que recoge el MMM son la base para formular el presupuesto fiscal de cada año.  Si comparamos estas proyecciones con pronósticos de otras instituciones veremos que las cifras del MEF tienen claramente un sesgo muy optimista y están inflados.

 

Por ejemplo, el último estudio de BBVA Research (diciembre 2023) revela que el crecimiento del PBI de Perú cae este año a un -0.4% y el 2024 habría una expansión de sólo 2%.  Otras instituciones como el FMI (octubre 2023) proyecta para el 2024 un crecimiento del PBI de 2,7% (2023: 1.13%), el BM (octubre 2023) estima un 2.3% (2023:0.8%) y la OCDE (noviembre 2023) 2.3% para el 2024 (2023: 0%). El más reciente reporte es de la CEPAL (diciembre 2023) donde Perú crece un 2.4% (2023: 0.3%). Como se ve estos pronósticos están muy por debajo de las cifras del MEF y el BCR.

 

 


 

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